Ayer, jueves 26, se desarrolló en el Area de Postgrado de la Carrera de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la UNR (Universidad Nacional de Rosario), un interesante Workshop sobre las Políticas Exteriores del ABC (Argentina, Brasil y Chile) de las últimas dos décadas en democracia. Abriò el debate, el Doctor Antonio Carlos Lessa, profesor brasileño de la Universidad de Brasilia, quien hizo referencia a su último artículo, publicado en coautoría con Amado Luiz Cervo, en la Revista del cual es Editor, llamado "O declinio", acerca de la política exterior de Dilma Rousseff. Lessa se refirió al enorme contraste entre ésta y la de Lula Da Silva, quien desplegó una política exterior creativa e ingeniosa.
Esta fue el producto: a) del consenso interno que logró articular con múltiples y variados sectores sociales, desde sindicales hasta empresariales, pasando por defensores de derechos humanos, de género, Foro de Sao Paulo, etc.; b) la eficiente e inteligente división de tareas forjada desde la Presidencia (Marco Aurelio García) con la Cancillería brasileña (Itamaraty), la cual pasó a dedicarse a "los grandes temas" de la agenda internacional (la influencia de Brasil a nivel mundial, el BRICS, la lucha por la banca en el Consejo de Seguridad, comercio en las Rondas de Doha, etc.) y c) el rol de liderazgo del propio Lula, que sin ser un intelectual, demostró ser muy inteligente y poseer un enorme carisma, que atrajo multitudes en una era de cierta pobreza en materia de liderazgos a nivel mundial. Así, Lula, sobre la base de esos tres pilares, construyó una política exterior que continuó y hasta superó holgadamente la política exterior culturalista desplegada por Fernando Henrique Cardoso. tal vez, sin tantos resultados, de acuerdo a los propuestos, pero que sin embargo, reveló cuán importante y estratégica era para Lula, su política exterior para su gobierno.
En cambio, esperando todos que Dilma tuviese continuidad con dicha política, dado que a la manera de Geisel, durante la dictadura militar de los sesenta, supuestamente, era una buena gerente, más preparada técnicamente que su antecesor, la frustración es marcada al cabo de su primer gobierno. No sólo demostró una pésima administradora, dejando al país, al borde de su peor crisis energética en décadas, arriesgando los Juegos Olímpicos del año pasado, sino que además, perdió contacto con los intereses sociales articulados por Lula y no sòlo cuestionò el papel de Itamaraty, sino, lo más grave, lo ignoró, condenándolo a una suerte de "bullying" organizacional. Sobre el mismo, hace un par de años, empezó su política de ajustes fiscales, el cual emprendió en términos generales, en su segundo mandato. A modo de conclusión, está claro entonces, que Brasil en su política exterior, enfrenta un problema grave de liderazgo institucional, que no podrá resolverse hasta tanto Dilma finalice este segundo período presidencial. Según Lessa, y al igual que lo sostenido en mi tesis doctoral sobre política exterior rusa, incluso en un claro debate con la Directora del Doctorado en RRII, Gladys Lecchini, que enfatizaba de modo realista, las condiciones externas que gravitaron tanto en Lula como en Dilma, para que sus conductas fueran las descritas, son las condiciones sistémicas domésticas que decisivas a la hora de evaluar una y otra política exterior, explicando por qué Lula sobreexpandió su política exterior y Dilma la contrajo.
En el turno de Chile, el profesor de la Pontificia Universidad Católica del país trasandino, Dr. Roberto Durán Sepúlveda, fue enfático respecto a subrayar que sus tres hipótesis, son producto de largas y rigurosas investigaciones estadísticas y empíricas, tal cual es la tradición de su escuela. La política exterior chilena tiene largas continuidades en: a) el rol preeminente de las políticas comerciales en detrimento de la diplomacia, desde Pinochet hasta la fecha; b) la multilateralizaciòn del brregionalismo: generándose así, una dinámica muy especial, desde un país con 40 a 50 tratados de libre comercio (el segundo récord en el mundo, tras México), actuando en foros como la OEA y ONU, pero también articulando intereses en la UE, la CELAC y la ASEAN, con algunas definiciones en materia de seguridad también; c) con conflictos históricos no resueltos con Estados vecinos (Perú, Bolivia, Argentina y Antártida).
La Dra. Colacrai, quien ofició de comentarista, subrayó esa doble identidad chilena, como Estado "ancla" de América Latina con el mundo desarrollado, tanto comercialista como territorialista.
Finalmente, la Mgter. Anabella Busso, se dedicò a describir la política exterior kirchnerista, tanto en el período de Néstor Kirchner, como de su esposa, Cristina Fernández.
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