Se atrasa el dólar frente a la inflación y el tipo de cambio real toca su peor nivel en más de una década
Federico Mc Dougall, COMEX, iprofesional.com, 16-02-2015
El plan del Gobierno es utilizar al billete verde como ancla para contener la suba de precios, en un contexto global en el que el dólar se revaloriza. La situación se agrava con un real brasileño que se ubica en su valor mínimo en una década. Preocupación por efectos sobre el "Made in Argentina"
En un año de elecciones, y con el objetivo de salvaguardar la actual estabilidad financiera, la administración kirchnerista está dando sobradas muestras de que la prioridad está puesta en cuidar el nivel de reservas, inflación y tipo de cambio.
De hecho, el año arrancó con una suba de precios del 2% -según el relevamiento de consultoras privadas-, frente a una apreciación del dólar del 1%.
Así las cosas, desde la consultora Economía & Regiones destacaron que el BCRA tratará de que "la divisa aumente lo menos posible para contener las presiones en el mercado y bajar ´algo´la inflación, de manera de tener chances de preservar la estabilidad financiera".
En esta línea, agregaron que "el dólar cuasi fijo" es la principal y casi la única "herramienta de política económica para lograr dicho objetivo".
El problema que encierra esta estrategia es que la misma tiene lugar en momentos en que el divisa estadounidense muestra una renovada fortaleza frente al resto de las divisas. De hecho, lleva ocho meses recobrando vigor sin prisa y sin pausa.
Así, el plan de apostar por la estabilidad terminó por hundir completamente la competitividad cambiaria en relación con los principales socios comerciales de la Argentina.
Según cálculos de Elypsis, nunca antes desde la salida de la convertibilidad, es decir, en cerca de 13 años, el país había registrado un nivel de tipo de cambio en términos reales tan desventajoso como el actual.
En diálogo con iProfesional, Luciano Cohan, economista de la consultora, confirmó que "la relación respecto a la canasta de monedas de las naciones con las que comercia nuestro país, considerando inflación, está en los niveles más apreciados desde el fin del 1 a 1".
Es decir que no sólo se perdió todo el efecto del salto cambiario de enero de 2014, sino que, en términos prácticos y por el efecto de la elevada inflación local, ya no quedó absolutamente nada de aquel "colchón" que dejara la megadevaluación de 2002.
"El tipo de cambio real multilateral, la referencia más representativa de la competitividad cambiaria, cayó en enero a su menor nivel en la era Kirchner y se ubica apenas 12% por encima del promedio en la convertibilidad", coincidió el economista Federico Muñoz, quien también cree que "el atraso cambiario se seguirá profundizando en los meses venideros".
El siguiente cuadro -del que ya diera cuenta iProfesional- permite observar cómo la competitividad del tipo de cambio se terminó evaporando, a punto tal que hoy registra el peor nivel en más de una década.
Guerra de monedas
La apreciación del tipo de cambio en términos reales se da en momentos en que el mundo asiste a un fortalecimiento del dólar y, en consecuencia, a fuertes movimientos devaluatorios de las otras monedas, especialmente, las de aquellos países con los que comercia la Argentina.
La apreciación del tipo de cambio en términos reales se da en momentos en que el mundo asiste a un fortalecimiento del dólar y, en consecuencia, a fuertes movimientos devaluatorios de las otras monedas, especialmente, las de aquellos países con los que comercia la Argentina.
Esto está marcando un punto de inflexión para la tendencia que venía dándose en los últimos años: el billete verde, contrariamente a lo que sucede ahora, se encontraba "débil" y algunas divisas como el real brasileño no paraban de fortalecerse, situación que claramente le dio al BCRA bastante oxígeno, dado que ayudaba a postergar cualquier corrección cambiaria y permitía "disimular" los serios problemas de competitividad de la economía argentina.
Más allá de que el ministro Axel Kicillof privilegió utilizar la variable cambiaria como ancla de la inflación, esto no impidió que la Argentina cerrara 2014 como el país de la región que más devaluó en términos nominales (31%).
Sin embargo, tal como consignara iProfesional, con una inflación de casi 38%, se convirtió en el único del vecindario cuyo signo monetario se apreció en términos reales, frente a economías como la de Colombia, Chile, México y Brasil, que ganaron entre 7% y 18% de competitividad cambiaria.
Y este cuadro se profundizó en las primeras semanas de febrero, tras la fuerte depreciación del real brasileño.
"Evidentemente, el anuncio de la finalización del programa de compra de bonos de la Reserva Federal de Estados Unidos y la expectativa de un inicio del ciclo de suba de tasas en algún momento del segundo semestre de este año gatillaron una revaluación del dólar", destacó el economista Miguel Bein a La Nación.
Cabe destacar que la economía de EE.UU. generó durante los últimos tres meses de 2014 casi un millón de puestos de trabajo. Son cifras que no se veían desde las buenas épocas anteriores a la crisis global de 2008 y que incluyen a todos los sectores. En consideración de los analistas financieros, la mejora en ese mercado laboral va a condicionar su política monetaria.
"No en vano el mercado se anticipó, como ya lo refleja la tasa de rendimiento de los Bonos del Tesoro, que a 10 años pasó rápidamente en las últimas semanas desde 1,65% a 2% anual, fundamentalmente por la apreciación del dólar y la baja de los precios de las materias primas. Si se agrega el impacto del programa de relajación monetaria que aplica Europa, se entenderá por qué hay inversores vendiendo bonos alemanes a 10 años (que rinden apenas 0,37% anual) para comprar los norteamericanos, lo que agregó presión de apreciación del dólar", describió Delphos Investment.
Se agrava la situación cambiaria con Brasil
En los últimos meses, la moneda brasileña inició un inesperado rally descendente, lo que está dotando de mayores ventajas a los exportadores de manufacturas de ese territorio, a la vez que desalienta la adquisición de productos con sello "Made in Argentina".
En los últimos meses, la moneda brasileña inició un inesperado rally descendente, lo que está dotando de mayores ventajas a los exportadores de manufacturas de ese territorio, a la vez que desalienta la adquisición de productos con sello "Made in Argentina".
Este panorama se agravó en lo que va de 2015, dado que el real se depreció cerca de un 7%, alcanzando el valor más bajo en la última década, lo que le mete más presión al BCRA por el efecto que esto tendrá en las exportaciones nacionales.
Para el Banco Central no es un dato menor que el tipo de cambio entre el peso y el real, considerando la inflación en ambos países, arroje la peor relación desde la salida de la convertibilidad (ver gráfico).
Desde la consultora Carta Financiera destacaron que el nuevo salto del dólar en Brasil, "está forzando a la Argentina a una devaluación".
"Entre 2010 y 2013, Brasil recibió en promedio el 21% del total de nuestras exportaciones. Con un peso prácticamente inamovible, los envíos hacia nuestro principal socio comercial se verán seriamente afectados", advirtieron.
"Esto implica que, sumado a la pérdida de competitividad que está sufriendo Argentina, un quinto del ingreso de dólares al país por comercio exterior está teniendo una nueva presión a la baja por la devaluación de nuestro vecino", recalcó.
Otro dato clave no pasa desapercibido para las empresas locales: Brasil finalizó 2014 con un déficit de la balanza comercial luego de 14 años consecutivos de superávits. Esto está obligando a la administración de Dilma Rousseff a tomar medidas.
"¿Qué significa esto? Que el país que más nos compra, ahora tiene sus propios problemas y nos comprará menos", apuntaron desde Carta Financiera.
Impacto en commodities, industria y economías regionalesEl fin del ciclo de "dólar barato" lleva a algunos economistas, como Ramiro Castiñeira, a proclamar el fin del boom de los commodities.
"Si bien el colapso del petróleo acapara toda la atención, la realidad es que, de un año a esta parte, cayeron 28% el precio de la soja, 27% el del maíz, 18% en el trigo, 20% el del cobre y 45% el del mineral de hierro", sostuvo.
El analista de Econométrica aclara que ese proceso no se dio sólo por el rebote global del dólar, sino también por "la sobreoferta" de materias primas. Al respecto, un reciente informe del estudio Bein acota: "El aumento que se proyecta en la cosecha, no alcanza a compensar la pérdida de ingresos por la caída en el precio de la soja".
Paralelamente, los analistas también advierten sobre el impacto que tendrá esta situación sobre la economía real.
"El atraso cambiario, tarde o temprano, deberá revertirse. Con un Gobierno que imagina el dólar quieto como arma principal en su intento de contener la inflación, al mejor estilo de la convertibilidad o la tablita de Martínez de Hoz, está claro que lo que viene es un retraso cambiario mayor", pronostica la consultora Empiria, que traduce ese escenario en economías regionales camino a una quiebra.
Si bien una devaluación más acelerada hoy traería más efectos colaterales negativos que beneficios, apelar a la estrategia de realizar "microdevaluaciones" controladas, con una inflación en baja pero que igualmente apunta a ubicarse en un andarivel del 30% anual, también tiene efectos nocivos. Los cuales, los terminarán pagando la industria y las economías regionales.
Sucede que "el combo de dólar cuasi fijo con alta inflación y caída de precios internacionales, está ahogando a los productores y exportadores, que enfrentan rentabilidades cada vez menores o negativas, haciendo inviables sus negocios", advirtieron desde E&R.
"Si esperamos que la estrategia del Gobierno sea seguir atrasando el tipo de cambio con respecto a la inflación, entonces no podemos esperar que mejore la situación de los productores locales, los exportadores, las economías regionales y de los potenciales inversores externos", dispararon.
"En pocas palabras, todo redunda en que será difícil que haya recuperación de la actividad y del empleo en 2015. Por el contrario, lo más probable es que continúe el deterioro tanto en la producción como en el empleo. De hecho, nuestro escenario en el cual el Gobierno logra alcanzar su meta de política económica, plantea que el PBI se reduciría un 2% en 2015", explicaron.
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