Grecia tendrá elecciones anticipadas el 25 de enero al no elegir presidente
El primer ministro anuncia que los comicios serán el 25 de enero
MARÍA ANTONIA SÁNCHEZ-VALLEJO / CLAUDI PÉREZ Madrid / Bruselas DIARIO EL PAIS, MADRID29 DIC 2014
teóricamente era sólo un trámite parlamentario, la elección de presidente de Grecia, se ha convertido en el mayor cataclismo políticovivido en el país desde el inicio de la crisis económica, tras dos intentos fallidos previos para elegir al jefe del Estado que han atizado la inestabilidad y los temores de Bruselas y la troika y que este lunes han conducido definitivamente al país a las urnas, en convocatoria anticipada, al concluir la elección presidencial sin resultado. Las encuestas pronostican que la izquierdista Syriza ganará esos comicios, que serán el 25 de enero.
Al Ejecutivo de Samarás le resultó por tanto imposible granjearse más apoyos pese a su llamamiento del sábado, cuando apeló a la responsabilidad de los legisladores para “evitar la aventura” de las urnas. Ahora el Parlamento será disuelto en un plazo de 10 días a partir de este lunes, para a continuación convocarse elecciones. El primer ministro ha anunciado que los comicios serán el 25 de enero, en la primera de las fechas barajadas. Mediante votación nominal en voz alta, en un agónico goteo de nombres divididos por circunscripciones, los 300 diputados griegos se han pronunciado a favor o en contra del único candidato a la jefatura del Estado, el conservador Stavros Dimas, excomisario europeo y varias veces ministro de Nueva Democracia, el partido del primer ministro Andonis Samarás. Dimas había sido propuesto por el Gobierno (que reúne sólo 155 escaños), y, a diferencia de las dos vueltas anteriores, necesitaba esta vez 180 votos. Ha logrado sólo 168, los mismos que en la segunda votación, el pasado día 23. En sus primeras declaraciones a la salida del Parlamento, Dimas ha manifestado a los periodistas que esperaba este resultado, y ha subrayado que "lo único importante ahora y siempre son los intereses de Grecia, en favor de los cuales todos deben trabajar juntos con sangre fría", la misma, ha asegurado, con que ha recibido el resultado.
Las encuestas apuntan a un triunfo de la izquierdista Syriza, con el 28% de los votos, y a una debacle del bipartito Nueva Democracia —el partido de Samarás— y los socialistas del Pasok, que han ostentado el poder durante cuatro décadas de cómoda alternancia.
La retransmisión en directo de la televisión pública Nerit, con un cintillo en el que podía leerse “elección de presidencia o urnas”, ha sido una sucesión de barridos sobre el hemiciclo con un marcador inscrito en la pantalla, a modo de partido de fútbol, en el que figuraban las dos únicas opciones posibles, Stavros Dimas o “parón” (presente, a modo de voto blanco, la opción de 132 parlamentarios); desde los primeros votos ha quedado claro que era una elección a degüello y que Dimas no sería elegido.
Bruselas ha reaccionado templando gaitas, después del apoyo explícito a Samarás del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker (que prefiere ver "caras conocidas, no extremistas" en Atenas) y del comisario Pierre Moscovici, que hace apenas dos semanas daba por hecho que el Gobierno griego tendría apoyos suficientes para la elección presidencial. Este lunes se ha comprobado que ese apoyo no existía. Y la cara más probable con la que se topará Juncker a partir de febrero será la de Alexis Tsipras, el líder de Syriza, que encabeza las encuestas.
A mediodía, Moscovici ha lanzado un escueto comunicado en el que la Comisión —el brazo ejecutivo de la UE— manifiesta que es "el pueblo griego" quien debe decidir su propio futuro, y subraya el "fuerte compromiso" de Europa para "el necesario proceso de reformas favorables al crecimiento que será esencial para prosperar de nuevo dentro de la zona euro". Ese dentro de la zona euro está ahora de nuevo en cuestión: los mercados han sacudido duro a Grecia a lo largo de toda la jornada, y los analistas coinciden con Bruselas en que un Gobierno liderado por Tsipras sería negativo para la estabilidad tanto en Grecia como en la eurozona. Pero ni los mercados ni Bruselas votarán el 25 de enero, y lo que Moscovici llama "reformas favorables al crecimiento" han sido ahora varias rondas de dolorosa austeridad que se han llevado por delante casi una cuarta parte del PIB de Grecia, han disparado la deuda pública hasta el entorno del 170% del PIB y, pese a la incipiente mejoría de los últimos meses, mantienen tasas de desempleo dramáticas, en torno al 25%, solo equiparables a las españolas en toda Europa.
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