Escocia votó masivamente por su destino. Una vez más, triunfó la unión y según Cameron -quien hace un bienio, apostó de modo innecesario por la opción binaria de ayer, pudiendo abrir la posibilidad de "mayor autonomìa"-, al menos, "por una generación" se postergan los sueños independientistas. Respiran aliviados en Londres y la desleal Edimburgo que votó por el NO, pero sobre todo, en Bruselas, Berlín y Madrid. Una mueca de fastidio hay en Moscú, que se apura en advertir que el voto de Crimea fue más valiente y hasta transparente que el escocés. En parte, Putin está en lo cierto. Una vez más, se demuestran las dos mitades de la verdad que nos gobierna: la globalización es una fuerza poderosa y a las identidades, latentes, no hay que subestimarlas. Pero para que éstas se plasmen, la realidad "imperial" macro, llámese hoy Bruselas, debe estar profundamente herida como lo estuvo la URSS en su momento, para no poder sofocar ese deseo de independencia. Hoy, aún en crisis, aún semiparalizada, la UE no está moribunda. Primero, cabe reconocer que en las encuestas que planteaban un final más parejo y cerrado, la gente que optó por la negativa, podría haber mentido, por vergûenza a ser rotulada como "traidora" a la tribu, Pero sobre todo, y claramente, Londres apeló en la última semana, a todo un arsenal de instrumentos rayanos con la coerción, sobre todo, sustentándose en terrorismo mediático, infundiendo miedo financiero pero mezclado con demagogia y compasión. Con escoceses faltando a la verdad en las encuestas, temerosos o cooptados, como a lo largo de estos 300 años de dependencia, lo cierto es que la diferencia de diez puntos, se terminó de consolidar geográficamente con sólo el puerto de Glasgow y Dundee haciendo frente a la marea unionista. Paradójicamente, los ingleses hicieron un buen trabajo, porque tras tres siglos, ahora, las Tierras Altas votan conservadoramente y la ciudad puerto escoge la independencia, mientras antes, la rebeldía antibritánica nacía en las colinas y la resignación era propia de las ciudades.Lo cierto es que, conservadores, laboristas y muchísimos escoceses supuestamente independientes de criterio, respaldados por una poderosa coaliciòn integrada por la Reina, la city londinense, la UE y por qué no Washington, prefirieron el statu quo. Cataluña ahora deberá estar más precavida.
http://www.theguardian.com/politics/ng-interactive/2014/sep/18/-sp-scottish-independence-referendum-results-in-full?CMP=twt_gu
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