Laura Di Marco: "Cristina es un espejo en el que la sociedad argentina prefiere no mirarse"
De Juan Brodersen | Novedades de Babel – mar, 9 sep 2014Bajo el riesgo de interpretar la psiquis de una paciente que nunca se sentó en su diván, Di Marco investigó la vida de la Presidenta y encontró fuertes conexiones entre su forma de ejercer el poder y su experiencia vital. Desde las aspiraciones de alto linaje con su primer novio, un rugbier que nada encajaba con los estándares del peronismo, hasta la figura casi paternal de Néstor Kirchner que, según su hipótesis, apareció como padre supletorio.
Hilvanado por momentos con el paralelo entre la historia personal de Eva Duarte de Perón -que también fue hija de madre soltera- y su propia vida en Tolosa, Di Marco repasa los puntos más intensos y problemáticos de la Presidenta: las influencias de Verbitsky, la relación con el Papa Francisco, el rol de Moyano y la feroz pelea entre el matrimonio presidencial y el exjefe de Gabinete Alberto Fernández.
Sin dejar de reconocer su destacado rol como líder, en un mundo marcadamente machista, la autora deja en claro que las críticas que suelen hacerle a la Presidenta no son sino un reflejo de lo que los argentinos somos: "A Cristina y al kirchnerismo los acusamos de personalistas. Pero ¿acaso no es ése un rasgo común en muchas instituciones, medios e incluso en los armados políticos de la oposición? La acusamos de soberbia, de hablar con la verdad revelada, pero ¿no somos los argentinos campeones en verdades reveladas?", reflexiona Di Marco. Aquí, cuenta algunas de las revelaciones más jugosas del libro.
- ¿Qué aporta a la figura de la Presidenta esta biografía? ¿En qué si diferencia de las publicadas hasta el momento?
- A diferencia de las demás biografías, que son tajantemente oficialistas u opositoras, esta investigación muestra a la verdadera Cristina Fernández, la que se esconde detrás del personaje público. Así relata, por primera vez, la orfandad de su origen. Expone, con todo detalle, su infancia (hablan, por primera vez, sus compañeros de la primaria y secundaria). Relata el período más inexplorado de su vida: los años anteriores a Kirchner. Se mete, como nunca antes, en los pormenores de su salud física y emocional. Enfoca la verdadera relación con Amado Boudou. Describe cómo, una vez viuda, debió asumir el trabajo sucio, con el que siempre había lidiado Kirchner, para alimentar el poder K y recorre los momentos más importantes de sus dos presidencias. En una palabra, es la biografía completa (ya que las demás son parciales) de una presidenta que nació en el suburbio de un suburbio como hija de madre soltera y llegó a lo más alto del poder intentando tapar sus secretos de origen, ésos por los que, a menudo, siente vergüenza.
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- ¿Y con la de Sandra Russo? ¿En qué difiere?
- Personalmente, considero que el libro de Sandra Russo es una larga entrevista con la Presidenta, sin repreguntas. Se remite a contar la historia oficial. Sin embargo, tiene el mérito de incluir la voz de Cristina, que no es poco teniendo en cuenta las pocas veces que los periodistas profesionales hemos accedido a ella. El inconveniente de los libros oficialistas, sin embargo, es que edulcoran tanto la historia y el personaje, que terminan distorsionando la realidad. Un ejemplo: el primer novio de Cristina era un rugbier de la "aristocracia" platense, Raúl El Lagarto Cafferata. Los hechos demuestran que, para ella, fue un gran ascenso social ese noviazgo y ésta no es una opinión: su vida pre-Kirchner demuestra lo interesada que estaba Cristina en ascender socialmente, al punto que presiona con éxito a Eduardo Fernández, el padre que la crio, para que se haga socio del Jockey Club local y así tener la oportunidad de frecuentar otra clase social. El punto es que, cuando lo conoce a Néstor Kirchner, lo deja a Cafferata y Sandra Russo deduce entonces - y a contrapelo de lo que verdaderamente sucedía -, que cambia de novio porque a una chica peronista no podía gustarle un "concheto" como Cafferata, cuando en verdad la clave de esa relación era precisamente ésa: que Cafferata fuera el hijo de una familia de linaje.
Cristina, en la primaria, a los 10 años (@dimarcotwitts)
- En el libro planteás que el dato de quién es el padre de Cristina es más relevante de lo que parece. ¿Por qué? ¿Quién es su padre?
- Lo relevante, a mi criterio, no es tanto quién es su padre (el libro plantea un estado de sospecha sobre la paternidad de Eduardo Fernández y la posibilidad de que Cristina sea fruto de una relación fugaz que su madre Ofelia habría tenido con un compañero de trabajo), sino el hecho cierto de que ese padre no la reconociera al nacer y que estuviera ausente los primeros cinco años de su vida. La propia voz de Cristina, en la biografía de Sandra Russo, reconoce que ella se dio cuenta de grande de su condición de hija soltera. Y que se dio cuenta sola y de grande, comparando fechas. Esta herida de origen -la del no reconocimiento del padre- es semejante a la de Evita, cuyo padre biológico, Juan Duarte, tampoco la reconoció al nacer. Esta orfandad inicial determina, más adelante, el tipo de relación que tuvo con Néstor Kirchner, donde además de ser su marido, el santacruceño se constituyó como una especie de padre sustituto.
- En este sentido, ¿qué rol jugaba Néstor Kirchner en su vida y cómo impactó su muerte en ella?
- Su muerte fue el golpe más duro de su vida, pero a la vez fue la única manera que encontró de reconectarse con quién era ella realmente antes de cruzarse con el santacruceño. En 2011 quiso plasmar el cristinismo a través de una radicalización y una "desperonización" del proyecto K (Cristina siempre concibió al kirchnerismo como una etapa superior del peronismo). Sin embargo, ese intento fracasó aunque solo pudo ponerlo en marcha en la viudez.
- ¿Por qué este aspecto personal es relevante a la hora de hablar de política?
- Porque ese tema personal se vuelve político cuando Néstor y Cristina forman un matrimonio del poder que decide los destinos de la Argentina durante, al menos, una década. En esa pareja, el jefe político siempre fue él y ella, en todo caso, vivió sometida a sus caprichos y su modo de concebir la política. En una palabra, Cristina nunca le discutió a Néstor el lado oscuro del proyecto político. Es en ese punto donde, a mi criterio, lo personal se vuelve político.
- Hablaste con los médicos: ¿qué te dijeron de su estado de salud?
- Su estado de salud tiene un capítulo completo en el libro. Detalla todos los pormenores de su salud física y emocional, incluso aborda la terapia cognitiva que hizo luego de la operación del hematoma subdural. Terapia a la que debió someterse toda la familia, además de los asesores más cercanos de Cristina, como Carlos Zannini. Entre otras cosas, los médicos describen a la presidenta como bipolar, portadora del síndrome de Hubris, además de padecer un stress galopante y un egocentrismo extremo. Hay una explicación muy detallada de lo que hoy se considera bipolaridad, que no remite necesariamente a la persona que pasa seis meses tirada en una cama y los otros seis en estado maníaco. Es obvio que Cristina no responde a ese cuadro, que es la primera imagen que se nos viene la cabeza cuando hablamos de "bipolaridad": ese es, para los psiquiatras, el grado máximo de ese trastorno. Según sus médicos, en cambio, Cristina padece una versión suave de trastorno, lo que explica muchas de sus conductas, enojos y expulsiones.
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- La "casi renuncia" de la crisis del campo ocupa una parte central y muy tensa en el libro. Allí recordás lo que cuenta Alberto Fernández: que Néstor le dijo a Cristina que tenían que renunciar. ¿Fue ese el quiebre, la ruptura con su marido?
- Si, fue ése el quiebre de la relación del matrimonio K con Alberto Fernández - un hombre clave dentro de ese matrimonio político y el único cuya palabra era tomada en cuenta dentro de esa sociedad del poder que formaban Néstor y Cristina - y una muestra del peso que tenía Kirchner sobre Cristina. Porque fue el capricho político de Néstor el que la empuja a ella a abandonarlo todo. Una decisión que, tampoco en este caso, Cristina le discute. Como ella misma le dice a Alberto Fernández: "No, Alberto, es Néstor quién tenía razón, no vos. Este país no se merece que lo gobierne gente como nosotros".
- Después de investigar tanto sobre su vida, ¿qué dirías que es lo mejor y lo peor que tiene Cristina?
- Lo mejor es, sin duda, su audacia, su coraje y el temple que puso en juego cuando quedó viuda y logró llevar adelante un país - mal o bien, pero lo hizo - en el marco de una sociedad culturalmente machista y una dirigencia política que también lo es. Claramente, Cristina Fernández no es Isabel Martínez, ni nada que se le parezca. Lo peor es su estilo soberbio, sus mentiras y negaciones, su descuido por la institucionalidad, su escasa vocación por la transparencia, y la división que creó entre los argentinos y que llevará muchos años suturar.
- ¿Qué sucedió con el cajón de Néstor Kirchner una vez que murió?
- La muerte temprana de Kirchner y el derrotero de su cajón en el cementerio de Río Gallegos desataron una historia - casi un thriller - desconocida hasta el momento de la publicación de "Cristina Fernández". La historia conecta con la tradición de la familia peronista y aunque absolutamente real, es casi cinematográfica. La trama en torno al cajón de Néstor tiene ritmo policial: tensa y por momentos desopilante, es contada por sus protagonistas con nombre y apellido. "El fantasma de las manos de Perón", así se llama el capítulo que la cuenta, pinta de cuerpo entero el vínculo que Cristina tenía con Néstor y también con Lázaro Báez, que inesperadamente aparece como un protagonista de peso, en los primeros días de viuda de la Presidenta.
- ¿Qué pasó con Hugo Moyano, y por qué se rompió la alianza con el líder cegetista?
- Otro capítulo del libro está íntegramente dedicado a contar la verdadera trama de la ruptura de la alianza con el jefe de la CGT, que para Kirchner fue central en su proyecto político y que dejó de serlo cuando Cristina quedó viuda. El capítulo se llama "Cristina en el país de los gordos" y describe cómo una vez muerto el jefe político, ella empieza a desarrollar su propio método para tratar con el sindicalismo, al que paradójicamente también le teme. Cristina le teme a Moyano y a los sindicatos en general, aunque eso no le impedirá enfrentarlos. A Moyano lo expulsa por razones que se van deshilvanando durante toda la investigación y que explican mucho sobre su estilo y también sobre la Argentina.
- "N o es ni la bruja corrupta ni la santa inmaculada", decís. ¿Qué es Cristina Fernández de Kirchner?
- Un espejo en el que la sociedad argentina prefiere no mirarse. Mal que nos pese, Cristina encarna muchos de los valores argentinos y los expresa de una manera muy intensa. Es por eso que fue votada, no una, sino dos veces en elecciones libres y otras tantas para diputada o senadora. Algunos ejemplos de ese modo de ser nuestro: a Cristina y al kirchnerismo los acusamos de personalistas. Pero ¿acaso no es ése un rasgo común en muchas instituciones, medios e incluso en los armados políticos de la oposición? La acusamos de soberbia, de hablar con la verdad revelada, pero ¿no somos los argentinos campeones en verdades reveladas? Intolerante, no asume errores, la responsabilidad siempre es el del otro, no se hace cargo, ¿no suena familiar? Se la critica por el botox y el cuidado extremo de su imagen. Sin embargo, ¿cuántas mujeres hay así en un país con un elevadísimo porcentaje de cirugías estéticas? Sería interesante poder hacernos cargo de algo de todo eso para elegir de un modo distinto en el futuro, si es eso lo que buscamos. Los líderes políticos no bajan de platos voladores: son emergentes de las sociedades que los producen.
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