Tras un primer capítulo abierto en Salta la semana pasada, con el triunfo del FPV versión Scioli y la derrota del macrismo a manos del massismo en la capital, se escribió ayer un segundo capítulo de la prolongada novela "Las mil y una elecciones" que tendremos los argentinos este año. Esta vez, fue el turno de Mendoza, donde se impuso una coalición antiK, formada por radicales, macristas y massistas sobre el oficialismo y a su vez, en este espacio, el triunfo del candidato sciolista sobre el K, bendecido por ministros de la Casa Rosada. En el caso de Santa Fe, el tercer distrito electoral más importante del país y epicentro de un tema candente a nivel nacional, como lo es el tema de la inseguridad y el narcotráfico, el resultado adquiere ribetes más que particulares, por varias razones.
En primer lugar, el triunfo, aunque ajustado y menor al "boom" de 2011, cuando obtuvo más de medio millón de votos -ahora orilló los 500.000-, de Miguel del Sel, de la coalición PRO-UCEDE, por sí mismo constituye la gran novedad de cara a las elecciones de gobernador de junio próximo. La irrupción del ex actor cómico consagrado, ha sido cuestionado siempre por un amplio abanico de intelectuales y periodistas progresistas, además de políticos y también una parte de la opinión pública, que lo rechaza por lo que representa y algunos de sus gestos y discursos hirientes para su cosmovisión. Ungido adrede precisamente por ser "nuevo en la política" y en abierto contraste con los políticos tradicionales, Del Sel, además de quemar etapas, sortea muchos de los problemas que hubiera tenido el PRO para constituir una estructura competitiva a nivel nacional y provincial. En Santa Fe, ya con el antecedente de Reutemann, la aparición de un personaje que es muy querido fronteras adentro y que se mueve con total comodidad entre barrios ricos y pobres, urbanidad y ruralidad, con los medios y sin ellos, vuelve a ser disruptivo e incómodo para una elite política que ha hecho de una Provincia muy rica, a lo largo de estas décadas, un distrito apacible y estable, pero con enormes déficits estructurales no resueltos, en materia de seguridad, infraestructura, proyección de desarrollo económico, empleo juvenil y pobreza. Del Sel ha sido votado en tres oportunidades porque simboliza la posibilidad para muchos santafesinos de terminar con esos flagelos, precisamente por lo que lo critican: ser un "outsider" de la política, pero al mismo tiempo, con mucho sentido común, con bastante humildad -porque reconoce la necesidad de formar equipos técnicos y profesionales- y una gran generosidad personal -podría haber elegido de sus pares "Daddy" Brieva y "Chino" Volpato de seguir "en las tablas" y no lo hizo-. En una Argentina con demasiadas mezquindades y dudas (hoy mismo, el ejemplo de Marcelo Tinelli), que este actor haya decidido catapultarse a la política y hasta con orgullo, "morder el polvo de la derrota" dos veces e insistir con una tercera chance (ésta), es loable su esfuerzo personal.
Segundo, en las PASO de Santa Fe, hubo otras novedades, no sólo el fenómeno ratificado de Del Sel. Hubo ganadores y perdedores como en toda elección, pero ese balance tiene mucha dimensión de futuro, cambio generacional y por qué no, resoluciones internas importantes. Es que más allá de un sistema electoral como el de la boleta única, que es engorroso para escrutinizar, sobre todo, por la cantidad de candidatos a concejales en grandes ciudades y la poca asistencia de autoridades de mesa, está claro que permite a los ciudadanos votantes (por cierto, con una participación menor a la esperada, bastante voto blanco y nulo), escoger concienzudamente a sus candidatos, personalizando la decisión. Así se dieron interesantes resultados. Por ejemplo, claramente los ejecutivos Del Sel, Anita Martínez -la otra gran ganadora de la jornada, habrá que anotarla hasta para la carrera vicepresidencial de Macri si sale segunda en Rosario como candidata a intendenta-, Perotti (por el FPV) y otros, superaron a sus propias listas de legisladores provinciales y concejales. En el Frente progresista gobernante, Fein fue castigada por su inacción al frente de la ciudad y tendrá que apelar a la importante elección del ex Franja Morada Javkin, para poder ganarle a Martínez. La excepción socialista fue Bonfatti, quien hizo "la gran María Eugenia Bielsa", es decir, contrariando la ley ascendente de los políticos argentinos, resignó la gobernación y escogió una candidatura menor, como la de diputados provinciales y allí marcó un rotundo triunfo, minimizando al PRO y su joven figura, Roy López Molina. Este partido tuvo una gran elección a nivel provincial, en los distritos del norte santafesino, más pobre y rezagado, compensando las pérdidas de Rosario aunque también ganó en departamentos del rico sur. Esto le permite configurar un perfil político y socioeconómico de una coalición potencialmente ganadora, atrayendo los dos polos de la pirámide social, al estilo del macrismo en CABA.
En tercer lugar, hablemos de la dinámica política que se abre de aquí en más. No se esperaba el triunfo de Del Sel ya tan pronto, en esta instancia. Ahora, claro, se le abre a él, la posibilidad de acelerar en estos menos de dos meses hasta junio, y ascender a la Casa Gris, para lograr esos 150.000 o 200.000 votos más con la finalidad de ganar con cierta holgura, aunque para ello, deberá aceitar y mostrar sus equipos y cuidar su vocabulario, para atraer a esas clases medias rosarinas, incluyendo votantes radicales, un tanto recelosos de su figura. Los socialistas tratarán de revertir el resultado y apelarán a todo tipo de estrategias porque están en juego, nada más ni nada menos, que 25 años de continuidad en Rosario y ocho en la Provincia. Si se pierde, es mucho tiempo de nostalgia y la dura caída al llano, ya sin los privilegios del poder para muchísimos militantes y empresarios cercanos. Para los radicales, por qué no, la oportunidad de la mano de los sobrevivientes, Javkin, Schmuck, Corral, de un cambio de liderazgo y hasta de la posibilidad de un recambio de coalición. Para el peronismo K, sin la mencionada Bielsa, pero con el sciolista Perotti, los Sukerman, Cavallero (en su ocaso), Artola, Giaccone y demás, hay al menos, supervivencia, que no es poco, tras la muerte de Obeid y la desaparición política de Agustín Rossi. La pregunta es, podrá el FPV santafesino encarnar la opción reactiva a Del Sel, canalizando el descontento con el socialismo derrotado? Finalmente, para Massa, en cambio, Santa Fe significó una durísima derrota o la cruda realidad en el interior del país. Ni siquiera Buzzi lo salvó, para demostrar una vez más, que una militancia sectorial no garantiza nada en política. El massismo a estas horas, esperando el resultado de Michetti-Rodríguez Larreta (ni siquiera de Nielsen), el domingo en CABA, podría replantearse su estrategia a nivel nacional y por qué, ir abdicando de ella, apostando sólo a la Provincia de Buenos Aires.
Tal vez esta historia electoral 2015 en Argentina se esté escribiendo capítulo tras capítulo, semana a semana. Incierta, volátil, cambiante aún con el no cambio, midiendo ese grado de cambio, animándose sólo a más, por efecto imitación, o por hartazgo, como en el caso de los santafesinos, con la inseguridad y los narcos, la sociedad argentina parece ir midiendo sus pasos y los de sus candidatos. Final con bandera verde quizás pero eso no obsta a que muchos soldados y mariscales se vayan cayendo antes de agosto.
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