El escándalo de espionaje embiste al Gobierno de Angela Merkel
La colaboración entre los servicios secretos de Alemania y EE UU desata una tormenta política
LUIS DONCEL Berlín DIARIO EL PAIS, MADRID30 ABR 2015
El escándalo va creciendo hasta convertirse en una seria amenaza para la canciller Angela Merkel. Todo comenzó hace una semana, con la publicación de que los servicios secretos alemanes habían colaborado con sus colegas estadounidenses para espiar a algunas empresas y políticos. Pero el goteo de revelaciones ha ido subiendo la temperatura política en Alemania hasta que el jueves estalló una bomba de potencial destructivo para las relaciones de Berlín con sus socios europeos.
Según el Süddeutsche Zeitung,los estadounidenses se valieron de las instalaciones del BND —los servicios secretos alemanes— para espiar a altos funcionarios de instituciones tan relevantes como la Presidencia de la República Francesa, el Ministerio de Asuntos Exteriores francés o la Comisión Europea. Consultados por EL PAÍS, los portavoces del Gobierno ni confirman ni desmienten la información con el argumento de que no pueden interferir en una investigación parlamentaria.
La líder alemana tiene ahora que decidir si cede a la presión y deja caer alguna cabeza. Podría ser la del presidente del BND, Gerhard Schindel. O incluso la del propio De Maizière, uno de sus hombres de confianza, que lo ha sido todo en los tres Gabinetes Merkel: primero jefe de la Cancillería, luego ministro de Defensa y en la última legislatura, titular de Interior.La información, publicada también por las cadenas de televisión NDR y WDR, ha sacudido la política berlinesa. Ya no se trata solo de que los espías alemanes dieran alguna información aislada a la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense, la famosa NSA. Las denuncias son ahora más graves. A la sospecha cada vez más fundada de que el ministro del Interior, Thomas de Maizière, mintió al Parlamento sobre el caso, se une la acusación de haber vulnerado la ley para pasar información sobre socios y teóricos amigos en un periodo indeterminado que podría ir de 2002 hasta 2013.
“Espiar a los amigos es inaceptable”, dijo categórica Merkel al presidente Barack Obama en octubre de 2013, en el punto álgido del escándalo por las escuchas estadounidenses, que no habían respetado ni el mismísimo móvil de la canciller. Pero estas palabras pueden volverse ahora en su contra. Porque, según el Süddeutsche Zeitung, el espionaje a empresas se habría hecho tan solo con carácter excepcional. “El objetivo primordial era el espionaje político a nuestros vecinos europeos y a las instituciones de la UE”, señala el periódico, que cita fuentes de la Cancillería y del BND.
El Gobierno rechaza las acusaciones de mentiroso que pesan sobre De Maizière, que ha pasado por la humillación de que el Bild, el periódico más vendido del país, le dibuje a toda página con una nariz de Pinocho. En una respuesta parlamentaria de hace dos semanas, el ministro dijo desconocer cualquier práctica de espionaje económico de la NSA. Sin embargo, diversas informaciones no desmentidas aseguran que el BND informó de estas actividades a la Cancillería en repetidas ocasiones desde 2008.
El Gobierno admitió la semana pasada que el BND padecía “déficit técnicos y organizativos” que era preciso “subsanar”. Y la propia Merkel se vio obligada a hablar del tema en su visita del lunes a Varsovia, cuando aseguró que haría todo lo necesario para aclarar lo ocurrido.
Mientras, las críticas de la oposición aumentan. Van desde los izquierdistas de Die Linke, que acusan al Ejecutivo de “traición a la patria” hasta los liberales, que exigen a Merkel que se disculpe ante los líderes europeos. Airbus, una de las empresas supuestamente espiadas, anunció ayer que iría a los tribunales.
También en el Gobierno de gran coalición se empieza a oír el malestar. Su número dos y líder de los socialdemócratas, Sigmar Gabriel, pidió hace unos días explicaciones por unos hechos que tildó de “escandalosos”. Y pueden salir a la luz más informaciones comprometidas. “Aún estamos investigando. Y la canciller ya está en el centro del debate”, asegura el diputado verde Konstantin Von Notz.
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