Más de 50 polìticos, funcionarios, sobre todo a nivel local y empresarios, cayeron en una densa red de tráfico de influencias y corruptelas, al estilo de la vieja Tangentópolis italiana.El propio Gobierno español a cargo de Rajoy (PP), ha encarado la ofensiva anticorrupción, que incluye la caída de colaboradores y financistas muy cercanos a la elite partidaria, como Granados, que deberán comparecer ante la justicia. Inèdito proceso, que desnuda el costo fiscal que ha tenido la "pacífica" transición democrática española pero también, seguramente, las presiones y condiciones del gobierno alemán (la UE) para que España aplique la receta de la autodepuración si pretende continuidad en el financiamiento externo para el ajuste necesario. Podemos imaginar una ofensiva así en la Argentina democrática, que desnude las "cajas y los cajeros" de la política?
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